Paula Malavassi Álvarez
Amadita Primary School
Durante sus primeros años, los niños y niñas desarrollan gran cantidad de destrezas y habilidades que serán determinantes para el desempeño cognitivo, motor y socio-emocional a lo largo de su vida. Se ha comprobado que la práctica de la gimnasia contribuye de manera positiva en la estimulación de las distintas áreas de desarrollo del ser humano. Cuando se practica desde temprana edad los beneficios suelen ser aún mayores, tanto en la parte física, como en la cognitiva y conductual.
Al igual que los adultos, los infantes necesitan el ejercicio como medio para tener un estilo de vida saludable. Al practicar gimnasia, los niños y las niñas saltan, corren y aprenden a controlar su respiración, lo cual contribuye de manera positiva en su sistema cardiovascular. Por otra parte, la flexibilidad y fuerza que adquieren los músculos del cuerpo les permite adquirir seguridad y afianzar sus movimientos, tanto en la motora fina como en la motora gruesa, factor que ha sido relacionado con un mayor éxito escolar.
Según el Lic. Esteban Camacho, Director Deportivo de Dreams Institute of Gymnastics, las clases de gimnasia en su programa están diseñadas para estimular el desarrollo cognitivo de los infantes. Se ha comprobado que por medio de ejercicios que involucran la coordinación de los dos hemisferios del cuerpo, por ejemplo gatear o caminar sobre la viga, se desarrollan conexiones neuronales importantes que posteriormente van a facilitar el aprendizaje de la lectoescritura.
Por otra parte, los circuitos de trabajo permiten a los niños y niñas desarrollar la capacidad de seguir instrucciones, comprender estructuras, organizarse mentalmente y repetir patrones; habilidades que están relacionadas directamente con tareas como el deletreo, la lectura y la resolución de problemas matemáticos.
Si bien es un deporte individual, los niños y niñas que asisten a clases de gimnasia aprenden a interactuar con otros, compartir, respetar el turno y practicar normas de cortesía. Además, la disciplina y paciencia que se desarrolla en cada entrenamiento permite a los infantes ser más tolerantes a la frustración y ver el error como un medio para el aprendizaje.
Por último, la confianza que se adquiere al tener que realizar los ejercicios de forma individual, retándose a sí mismos, le permite a los niños y niñas adquirir mayor autonomía y seguridad en sus labores diarias; factores determinantes para el desenvolvimiento pleno de cada individuo.