Costa Rica llega al espacio con la mirada puesta en sus bosques

Costa Rica llega al espacio con la mirada puesta en sus bosques

Johan Umaña Venegas

johumana@tec.ac.cr

Oficina de Comunicación y Mercadeo,

Tecnológico de Costa Rica

 

Más que un avance tecnológico y científico, la primera misión espacial de Costa Rica es una confirmación de que el país mantiene su esencia, aún y cuando vayamos más allá de la Tierra.

El Proyecto Irazú consiste en la construcción y puesta en órbita de un satélite para el desarrollo de una misión científica en la que se ha constatado la utilidad de este tipo de tecnología para monitorear los bosques costarricenses.

Es la primera vez que se acomete un proyecto de este tipo no solo en Costa Rica, sino en toda Centroamérica.

Como complemento al lanzamiento, se desarrolló una estación de comunicaciones en el  Laboratorio de Sistemas Espaciales (SETEC-Lab) del Tecnológico de Costa Rica (TEC), ubicada en el Campus Central de Cartago, y una estación de monitoreo, ubicada en la Zona Norte del país.

En la ubicación remota, unos sensores especiales –también creados por estudiantes y docentes del TEC– miden el crecimiento de los árboles en una plantación de melina, con lo que se puede estimar cuánto dióxido de carbono está siendo fijado y cómo afecta el cambio climático a los bosques nacionales. La tarea del satélite es recopilar la información de la estación remota y transmitirla a la estación de comunicaciones en Cartago.

El proyecto también sirvió para elevar las capacidades tecnológicas y científicas del país. En el proyecto, coordinado por la Agencia Centroamericana de Aeronáutica y del Espacio (ACAE) y el TEC, participaron desde entes gubernamentales y académicos, hasta la empresa privada y la sociedad civil, ya que los componentes del satélite fueron adquiridos con una campaña de financiamiento abierta al público en general.

Mientras que el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) colaboró con la fabricación de la carcasa del satélite, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) ayudó en la consecución de los permisos y las frecuencias necesarias, y la empresa privada MOOG Medical, ubicada en la Zona Franca El Coyol, aportó el cuarto limpio en el que se realizó el ensamblaje final del aparato.

Hecho en Costa Rica

El satélite, de tipo CubeSat y de pequeño tamaño (un cubo de 10 centímetros de lado y un kilogramo de peso), fue ensamblado en el Tecnológico de Costa Rica (TEC) por ingenieros y estudiantes costarricenses. En la validación de sus sistemas, que se realizó en Japón, también participaron especialistas nacionales.

El pasado 2 de abril se hizo el lanzamiento, gracias a la cooperación de la  Agencia Espacial Japonesa (JAXA), que se encargó de que el satélite viajará a bordo de un cohete Falcon 9 –de la empresa SpaceX – hasta la Estación Espacial Internacional (ISS, en inglés).

Luego, el 11 de mayo, el aparato fue liberado en órbita desde el módulo japonés Kibo. El mismo día se logró la primera conexión espacial con un dispositivo fabricado en Centroamérica.

El satélite rodea la Tierra en una órbita similar a la de la Estación Espacial, a unos 400 kilómetros de altura.

Poco después de su lanzamiento, los investigadores recibieron la buena noticia de que el dispositivo durará en órbita más de lo esperado, por lo que el tiempo de vida del proyecto se alargó.

Los cálculos más recientes indican que el aparato seguirá transmitiendo al menos hasta marzo de 2019. Luego, perderá altura con mayor velocidad y se desintegrará en su reingreso a la atmósfera.

Antes, el Proyecto Irazú habrá comprobado las capacidades tecnológicas y científicas del país y la utilidad que puede tener la tecnología espacial para monitorear de manera más efectiva lo que ocurre en las zonas de difícil acceso de los bosques costarricenses.

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