Educación Virtual Universitaria

Dr. Alban Bonilla Sandí
UNIRE

La educación virtual precisa de una caracterización, más que de una definición. En general, podemos señalar que la educación virtual es el proceso enseñanza-aprendizaje utilizando tecnologías de la información y la comunicación -las TIC-. Constituye una modalidad educativa que puede tener su propia autonomía (educación virtual sin más, sólo por internet) o bien combinada con la modalidad presencial (bimodal).

Quizá la denominación virtual induzca a cierta ambigüedad, pues podría asociarse con irreal o potencial. Nada más alejado de la realidad. La virtual es una educación que puede desarrollarse tanto en tiempo real como en tiempo virtual; es decir, en espacios en los que no coincidan temporalmente alumnos y tutores, sino que coincidan virtualmente, en otras palabras, un espacio cuya herramienta es el internet.

Las “nuevas” tecnologías ofrecen potenciales posibilidades, de las que apenas estamos vislumbrando su desarrollo, en todos los campos, y en el educativo no es la excepción.

Hay universidades, tanto nacionales como extranjeras,  que han empezado a hacer oferta académica con esta modalidad, tanto en grados como en posgrados (carreras completas o sólo determinados cursos). Donde más se ha desarrollado la virtualidad es en los posgrados, los cuales permiten a los profesionales alcanzar mayores cotas de especialización, y mayores aportes a la investigación.

La educación virtual es una herramienta que innova en los métodos de aprendizaje, más que en los contenidos, pues, una misma carrera puede ser enseñada tanto virtualmente como presencialmente. Desde luego que el uso de la virtualidad estará condicionado por la naturaleza de la carrera, no es lo mismo enseñar virtualmente Derecho que enseñar Medicina. La necesidad de laboratorios y prácticas, necesariamente ha de introducir ajustes al tipo de enseñanza. Las carreras ligadas a las ciencias naturales aún requieren enseñanza bimodal, las carreras ligadas a las ciencias sociales, pueden avanzar más rápidamente hacia la virtualidad.

Esta nueva herramienta ofrece una serie de ventajas: abre posibilidades de estudio a personas que han sido excluidas por el sistema presencial; se desarrolla como una educación personalizada (la relación tutor-estudiante es más directa) y a la vez el estudiante impone el ritmo (dentro de ciertos límites), el profesor se transforma en consultor de aprendizaje (deja de ser un simple proveedor epistemológico); el estudiante acomoda su proceso de enseñanza a sus necesidades de tiempo (no existe el horario virtual, como sí existe el horario real, esta educación ofrece un horario personalizado) y espacio (no debe desplazarse, se eliminan las barreras geográficas), lo que implica ahorro de tiempo y dinero;  el trabajar off-line le permite al estudiante dedicar más tiempo a sus tareas y exámenes. Implica una gran dosis de autorresponsabilidad del estudiante (no hay control material de su tiempo y tareas, demanda mayor disciplina) y el estudiante ha de ser proactivo; los recursos audiovisuales se multiplican; y algo importantísimo: la ganancia ecológica para el planeta, pues la educación virtual puede prescindir del texto impreso.

Desde luego que como toda obra humana, requiere perfeccionamiento, y por eso resulta conveniente corregir algunas falencias que se le han señalado. Trasladarse de educación presencial a virtual requiere de un proceso de adaptación curricular, pues los programas no pueden tener los mismos diseños, y hasta ahora están saliendo especialistas en estos perfiles curriculares; la educación virtual tiene mayores costos de mantenimiento; existen dificultades organizativas y carencias técnicas que resolver; aunque se ha avanzado, aún existe la posibilidad de que los resultados de las evaluaciones no sean del todo confiables, pues aumenta el margen de “copia en un examen” (entre comillas, pues la evaluación misma ha sufrido la transformación de la virtualidad).

Por supuesto que el elenco de ventajas y desventajas es mucho mayor de lo que permite un pequeño artículo como este.

En Costa Rica, de las universidades estatales, la UNED es la que ha desarrollado más experiencias virtuales (cursos, no carreras completas) y emigra de educación a distancia hacia la virtual. En las universidades privadas varias universidades ofrecen cursos y carreras virtuales, o bimodales.

También tenemos universidades extranjeras ofreciendo cursos virtuales, y que los anuncian, sobre todo, por medio de la prensa.

Cuando un estudiante se decide por esta modalidad debe cerciorarse de que los títulos que va a obtener sean reconocidos y equiparados en Costa Rica. Si el título lo emite una universidad estatal o una universidad privada aprobada por el CONESUP, los títulos tienen plena validez y eficacia en territorio nacional. Pero si el título lo ofrece una universidad extranjera, debe tener cuidado, y asegurarse de que el título va a ser reconocido y equiparado por el CONARE, pues si no fuera así, ese título no le serviría para ejercer en Costa Rica.

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