M.Ed. Karla Rodríguez Pastor
Administradora Educativa, Docente
Sus ojos se abrieron tan grandes como pudo cuando por
primera vez armó el cubo tipo Rubik, no podía creer que era
bueno en algo que los demás veían tan complicado, en su
mente, ese logro apoyaba la idea de que él era capaz, que
podía sobresalir en algo y que comprendía el “secreto” detrás
de cada uno de los movimientos.
Emocionado por este descubrimiento y creyendo ser el mejor
de todos los tiempos, enseñó su logro a familiares y amigos,
lo armaba en tan solo un minuto, le agradaba ver las caras de
asombro cuando le decían que era muy inteligente, rápido y
que hacía algo difícil para los demás.
Estos primeros momentos, de grandes satisfacciones,
pasaron a segundo plano cuando fue a su primera
competencia, realmente él era de los últimos en su categoría,
los más rápidos lo armaban en menos de 20 segundos. Tenía
dos opciones: rendirse o aprender de los mejores.
Aprender de los demás fue su escogencia, desde entonces ha
logrado avanzar y su autoestima y autoconfianza han crecido,
pero sigue luchando por mejorar sus tiempos, seguro que la
mejor competencia es contra sí mismo.
Este relato es verdadero y es la historia de muchos niños y
jóvenes amantes del cubo tipo Rubik, el cual ha evolucionado
desde aquel año 1974, cuando el profesor de arquitectura
Erno Rubik lo creó, asombrando al mundo con sus colores y
lo difícil que era para la mayoría su resolución.
Dentro de la categoría de juguetes educativos, el cubo tipo
Rubik se clasifica como un rompecabezas, donde todos los
colores deben quedar unidos en la cara correcta.
Como todo juego tiene su estrategia, sin embargo, este
potencia habilidades y competencias tan necesarias para
nuestra sociedad actual que no debe pasar desapercibido
entre padres, madres y centros educativos.
Entre ellas están:
1-Miles de soluciones para una misma situación: el
pensamiento divergente es vital en nuestra sociedad. El cubo
tipo Rubik permite, a través de diferentes métodos de
resolución y aprendizaje por algoritmos, resolverlo utilizando
diferentes “caminos” y estimulando su inteligencia
lógico-matemática.
2-Perseverancia: Promueve el no rendirse, la dificultad se
convierte en reto y cada nuevo logro motiva a un aprendizaje
más.
3-Refuerza una autoestima positiva: es muy importante para
todas las personas tener logros y esto, principalmente en
edades tempranas y adolescentes, ayuda a la construcción de
un autoconcepto positivo.
4-Pertenecer a un grupo: las aficiones agrupan personas con
los mismos intereses. El cubo tipo Rubik propicia una
interacción de niños, niñas y jóvenes que se reúnen en
diferentes competencias, creando un ambiente colaborativo,
reforzando habilidades sociales y haciéndoles sentir parte de
una comunidad que cada día crece más.
5-Estimula la concentración: cada giro pone ante los ojos del
aficionado muchas formas de resolverlo, lo cual se logra
únicamente prestando atención a los detalles. Esto propicia
una mayor concentración en sus acciones y movimientos al
armarlo.
Podría citar muchos beneficios más, pero es claro que
representa un reto educativo poder incluirlo en nuestras aulas
con el fin de dar oportunidad a nuestros niños, niñas y jóvenes
de beneficiarse de él, no únicamente con el aprendizaje del
armado individual, sino a través de estrategias colectivas y
vinculado a contenidos que podrían integrarse con este
maravilloso rompecabezas.
En Costa Rica existe una tienda llamada Bekubes para los
amantes de los cubos tipo Rubik, en ella promueven
competiciones y la venta de estos, los puede contactar al
WhatsApp: 8728-6926, al Facebook como Bekubes o en su
página web www.bekubes.com