Actualidad Educativa
Situaciones como la muerte de un ser querido, divorcios o separaciones temporales son momentos en los que niños y jóvenes pueden presentar estrés.
Un nuevo año lectivo, un cambio de país o barrio, es lo que muchas veces ocasiona tensión en los niños y jóvenes, y puede manifestarse con reacciones físicas, como dolores de cabeza o estómago.
Otro de los motivos para que los niños y jóvenes presenten estrés son modificaciones en la estructura familiar, como la muerte de un ser querido, divorcios o separaciones temporales.
En cualquiera de los casos citados, lo más importante es que los padres y las madres identifiquen las señales que indiquen que sus hijos e hijas están pasando por un período de alta tensión.
De lo contrario, afectará el desempeño escolar y provocará problemas en su salud física y emocional.
Cuando se vive bajo tensión durante mucho tiempo la relación con los amigos y compañeros de la escuela o colegio se tornan difíciles, aumentan así el grado de estrés. A esto debe sumarse que si el niño tiende a aislarse debe dársele mucha más atención a los señales de estrés.
Técnicas contra el estrés
Cuando la familia percibe que uno de los niños está pasando por un período de estrés el primer paso es dialogar sobre sus emociones, cómo lo hacen sentir y cómo afectan sus relaciones con los amigos y familia. Esto ayudará a darse cuenta que es momento de hacer algo y poner en práctica algunas técnicas que contribuyen a restablecer el equilibrio emocional y físico.
Algunas técnicas de relajación pueden hacerse en familia, como ejercicios de control de la respiración, y en niños pequeños puede hacerse como un juego previo al momento de dormir.
Otra posibilidad es concentrarse en determinadas áreas del cuerpo, tales como los brazos. Estos se contraen, se mantienen así, se cuenta hasta 10 y se relajan. En niños estos ejercicios son fáciles de realizar ya que pueden asociarse al juego. Además, fortalecen la relación entre padres e hijos.
Escuchar música suave, fomentar pasatiempos, practicar ejercicios y hacer reuniones en la casa para invitar a compañeros y amigos son otras de las opciones que tienen las familias para crear espacios de liberación del estrés infantil.
Pero lo mejor es que los pequeños vivan en un entorno familiar que les brinde seguridad emocional y física.
Si se sienten confiados manifestarán sus sentimientos, preocupaciones y temores sin esperar censura de parte de sus progenitores.
Se debe recordar que niñas, niños y jóvenes con alta autoestima estarán más capacitados para resolver las situaciones que enfrentan en su camino hacia sus vidas como adultos responsables.
Las señales del estrés
En términos generales, las manifestaciones del estrés infantil son similares durante la niñez y la adolescencia. Algunas de las más comunes son las siguientes:
- Bajo rendimiento académico.
- Ausentismo escolar.
- Conductas regresivas.
- Tendencia al aislamiento.
- Dificultades para concentrarse.
- Irritabilidad y agresividad.
- Hiperactividad.
- Miedos irracionales.
- Malestares físicos.
- Trastornos del sueño.
- Depresión.
- Adquirir estilos de vida de personas que corresponde a otros de mayor edad
- Comportamiento delincuente en la adolescencia.
Fuente consultada: Natalia Rodríguez, docente de Pan-American School, institución la cual cuenta con un Departamento de Orientación con profesionales altamente capacitados sobre este y otros temas, teléfonos 2298-5714 o 2298-5706.