Jeffry Muñoz Hernández.
Psicólogo, Instituto de Psicología y Desarrollo Humano
Enfatizamos en lo siguiente: Acompañe a pensar no a recitar.
El aprendizaje no se limita al salón de clases, de hecho, este es un procesos de responsabilidad compartida y activa.
Las escuelas y colegios necesitan unirse con los padres, familiares y la comunidad para promover no solo una formación académica y técnica funcional, sino también habilidades de mejoramiento psicosocial.
Las últimas tendencias indican la necesidad de que los espacios escolares se conviertan en laboratorios prácticos, en los que las personas cual sea su edad, tengan la oportunidad de compartir distintas posiciones, modos de ver e interpretar; en fin, procesos de pensamiento particularmente construidos en su experiencia individual, familiar y social.
Es el hogar propiamente de cada estudiante, en el que se debe promoveresas construcciones de pensamiento. Al involucrarse los padres, tíos, abuelos u otros familiares en la formación académica de los estudiantes, se estará promoviendo un proceso de enseñanza-aprendizaje de interés para todos, y por lo tanto significativo.
• De aquí la primer estrategia: Solicite a su hijo o hija hacer algo que para usted también es importante realizar.
Es necesario que los padres y familiares de estudiantes nos preguntemos: ¿Estamos solicitando a nuestros hijos que lean y nosotros no leemos?
Si los hijos ven esta actividad en los padres u otros familiares cercanos, va hacer tan natural como mirar las novelas en la televisión ó con el mismo entusiasmo que observan un partido de fútbol, es así como aprender sería una tarea más fácil.
• Una segunda estrategia: Promueva en su hogar que cada rincón se convierta en un sitio de aprendizaje. El espacio físico de la casa está plagado de eventos educativos. Ahí se pueden encontrar figuras geométricas, ecosistemas y organismos, eventos de organización y administración, en fin, material suficiente para generar ideas constructivas. Se de debe hacer de cada situación, un evento que genere en los niños la construcción y reconstrucción del pensamiento; hay que invitarlos a pensar, hay que hacer uso de la lógica con refranes, acertijos, adivinanzas, o juegos que les lleven a resolver distintos problemas.
• Tercera estrategia: Si usted no conoce acerca de lo que sus hijos están aprendiendo, indague. Ahora bien no se sienta mal por no saberlo, lo importante es que al involucrarse en ello, usted terminará aprendiendo.
Hay que acudir a la institución educativa, y se debe cerciorar de conocerla bien, también se tiene que revisar el contenido de los programas escolares.
Se trata de involucrarse en el aprendizaje de los pequeños, a través de acercamientos respetuosos de su espacio vital, nunca sobre involucrarse, desacreditar eso que van construyendo, recuerde que está en otro momento socio-histórico, las realidades construidas en la actualidad han variado con respecto a las que usted construyó.
Con respecto a los adolescentes, lejos de criticar sus intereses como la música o su cultura hay que promover el análisis de ésta. Ésta es una edad por definición, de contraste con el medio. La transición de niñez a esta etapa le permite a las personas, manejar como propias, herramientas que solo lograba utilizar en función del apoyo y acompañamiento de otros.
No se debe olvidar lo siguiente: Cualquier evento, situación o fenómeno de aprendizaje académico, se convierte de inmediato en una herramienta más para potenciar recursos con los cuales enfrentar los conflictos que la vida nos pone.
El hogar debe ser para el o la estudiante, la piedra angular sobre la que se establecen los cimientos del pensamiento. No se debe juzgar lo que los hijos conocen, sino como lo conocen, pregúntese: ¿cuál fue el interés que le llevó a conocerlo? Acompáñele en su interés por conocer, no se aleje, ni promueva espacios de confrontación.
Lo más trascendental para el estudiante no se limita solo a la posibilidad de obtener buenas calificaciones y con ello premios o incentivos, sino saber que eso que estudia, aprende y construye, es importante y necesario en su desarrollo personal, familiar y social.
Apoye la consulta, la duda y los cuestionamientos de sus hijos, incluso con más cuestionamientos.