Ética, estética y ciudadanía

Melissa Varela

“(…) debemos educar: tanto para la convivencia eficiente, útil y práctica del mundo del trabajo, del comercio o del consumo; como para la vida plena y trascendente que surge de la convivencia solidaria, del afecto desinteresado y de la responsabilidad con el medio.”  Estas son las palabras del ministro de Educación, Dr. Leonardo Garnier, en el texto en donde presenta la propuesta del nuevo programa de Educación para la Vida Cotidiana que se implementa en los centros educativos del país, a través de las lecciones de Artes Plásticas y Educación Musical;  Artes Industriales;  de Educación Cívica, etc. El principal objetivo: educar para el alcance de la verdad, pero que incluya también la enseñanza de la ética y la estética; es decir, de lo que se considera como lo bueno, lo bello, y que esté asociado con la pasión.

Para el componente de ciudadanía, el propósito radica en el desarrollo de destrezas que permitan a los y las jóvenes en sus relaciones en la sociedad, dentro de un Estado de Derecho en el cual se consolidan y se protegen una serie de derechos. De aquí, se parte de la enseñanza en valores como la justicia y la equidad; la autonomía; la tolerancia y el respeto y estima de la diversidad; la libertad; la solidaridad; el derecho a los sentimientos, entre otros.

En el campo de la estética, la propuesta eleva la educación al arte. Que se aprecie y que se disfrute, que se comprenda. Se espera y se potenciará que los y las estudiantes sean los artistas; en otras palabras, sean los creadores del arte; que busquen por medio de esta disciplina, el derecho a expresar sus preocupaciones, sus intereses, sus aspiraciones.

La ética, la estética, y la ciudadanía no deben quedarse sólo en las escuelas y colegios, sino que debe difundirse por la comunidad. ¿Su meta? Crear una escuela mejor que la sociedad, de aquí se dirige la premisa a la transformación de la sociedad a la que se aspira vivir y convivir.

La educación que los y las estudiantes reciban en las aulas debe complementarse con la que reciben en el hogar. Los padres de familia deben continuar con su labor formadora en valores y en aspectos que lleven a los niños, niñas y jóvenes a tomar las decisiones correctas a lo largo de su vida.

La, tanto los menores de edad, como los padres de familia y profesoresbuena formación de los futuros ciudadanos está en las manos de muchas personas, enseñemos con paciencia, con apertura y sin temores; y dejemos que el proceso cognoscitivo sea integral, que los estudiantes sean.

 

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