Garantizarse un empleo: un reto a largo plazo

Melissa Varela Molina
Publicomer

Decidir qué estudiar no es la única preocupación o variable que influye en la elección de determinada carrera. Su dinamismo en el mercado laboral interviene en gran medida para asegurar una inserción a dicho mercado de manera óptima.

El Consejo Nacional de Rectores realizó una encuesta a más de 100.000 personas, a las cuales siguió por un período de siete años (2000-2007) desde el momento en el que se graduaron de universidades costarricenses, públicas y privadas, para conocer las oportunidades que han tenido esas personas en la búsqueda de un empleo que se relacione con la carrera en la que se especializaron. Las principales conclusiones de éste estudio señalan que la obtención de un título de pregrado o grado universitario contribuye en gran medida a la obtención de un empleo; el sector público como el gran empleador de la mayoría de las personas, la existencia de siete disciplinas con un nivel óptimo; es decir, carreras en las que todas los profesionales en esa área tienen un empleo relacionado con lo que estudiaron y un nivel de subempleo nulo.

De acuerdo a éste estudio, existen disciplinas con niveles de desempleo mayores al cinco porciento. Entre estas carreras se encuentran Periodismo, Diseño de Interiores, Biología, Administración de Servicios de Salud, y Terapia Física. Sin embargo, todas las personas con estudios en Medicina, Archivística, carreras relacionadas con la educación, Estadística, Danza, Artes Musicales, Veterinaria, Microbiología, Enfermería y ciertas ingenierías, poseen empleo. El 60,4 porciento de las personas señalaron una vinculación alta de su empelo actual con la carrera que estudiaron. Un aspecto interesante encontrado fue que de las disciplinas estudiadas, un número similar se mantienen en los extremos de la calificación. En otras palabras, de las personas que indicaron no tener un vínculo positivo entre su carrera y empleo (veinticuatro disciplinas), veinte disciplinas fueron señaladas en tener una relación total con el puesto de trabajo que se ostenta.

Los resultados y datos encontrados por esta encuesta lanzan importantes interrogantes que deben ser tomadas en cuenta. ¿Cuál es el papel que las universidades deben jugar en la apertura de suficientes espacios para carreras con poca oferta laboral? ¿La calidad de la educación recibida puede ser un factor que contribuya a un mayor desempleo en ciertas carreras con respecto a otras? Es definitivo que el papel de las universidades es vital.

Una capacitación teórica y práctica brindan las suficientes herramientas para una mejor capacitación de los estudiantes, haciéndolos más idóneos a la hora de buscar empleo y así mejorar su competitividad respecto a otros. Igualmente, un empleo durante el período de estudio colabora en tener mejores expectativas de encontrar un empleo acorde a la carrera estudiada. De las personas que estudiaron y trabajaron simultáneamente, el 94,14% posee trabajo, mientras aquellas que sólo laboraron constituyen el 91,53%. Un reto para los centros de enseñanza superior y de los empleadores es la igualdad entre géneros. Aún se presentan desigualdades entre hombres y mujeres cuando encuentran trabajo, siendo los primeros aquellos con índices mayores de ocupación.

Los retos de la enseñanza superior para asegurar altos índices de satisfacción y de inserción laboral eficaz corresponden no sólo a las autoridades universitarias, sino también a los estudiantes. Es necesario ser más creativos con el objeto de tener más ventajas a la hora de asumir un empleo. La flexibilidad en las capacidades de cada persona y la información que se conozca es esencial a la hora de tener y mantener un puesto de trabajo.

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