Hacer realidad los sueños de los niños, es el reto de la escuela y de la Ciencia

Hacer realidad los sueños de los niños, es el reto de la escuela y de la Ciencia

Giovanni Obando
Asesor Regional de Ciencias, Región Brunca

Cuando se ingresa a un centro educativo por primera vez, se llega con un arco iris de ilusiones y sueños que a lo largo del proceso escolar, es disipado por la influencia de contenidos rellenando los pensamientos infantiles y vaciando los espacios dedicados a la creatividad y fantasía que apuntan a profesiones admiradas en la infancia como medicina, astronomía, veterinaria y muchas más del área científica.

Aunado al sueño infantil, nuestro planeta cuenta con una carencia de profesionales en áreas científicas que respondan a las necesidades mundiales que se manifiestan en los grandes agujeros que no tienen una posible solución a corto y largo plazo, como las fuentes de energía alternativas, la solución a los problemas de alimentación en el planeta, las mutaciones de microorganismos y su efecto en los humanos, la colonización extraterrestre y muchos más.

Es justamente en la definición de la personalidad y proyecto de vida del individuo, con etapas de siembra de intereses iniciada desde el hogar y realimentada en las etapas escolares y orientada con mayor propiedad en la educación secundaria, que se puede tener alguna injerencia por parte del acompañante y formador del discente, justamente el maestro y guía como líder escolar.

En el año 2006, la UNESCO plantea la necesidad de reorientar el interés por la cultura científica en los jóvenes mediante una serie de estrategias didácticas que lleven al estudiante a apasionarse por la ciencia y la tecnología, y en Costa Rica, el informe del Estado de la Educación (2010), señala la realidad de la educación científica de nuestro país, las cuales no distan en mucho de la situación mundial.

Por donde sea que se le aborde, se requiere incluir dentro de las prioridades de nuestro país y cualquier otro que quiera desarrollarse integralmente, las políticas de promoción a las carreras científicas y tecnológicas, con estímulos significativos que motiven a sus ciudadanos, en todas las generaciones, a seguir la senda tecnológica, no solo como usuarios, sino como creadores e investigadores.

Ante este panorama, es donde la escuela en todos sus niveles, surge como promotora y constructora de vocaciones, incluyendo las científicas y tecnológicas, de manera acorde con los sueños iniciales que vienen envueltos en las mentes de los niños y que al final de los 12 años de educación formal, debería estar correctamente orientada.

De esta forma, en cada lección que se inicia en un salón de clases con un grupo de estudiantes, no se tiene solo la responsabilidad de impartir cuarenta minutos de clase de Ciencias para entretener niños o adolescentes. Se debe entender como la oportunidad de ser parte de un sueño que se va elaborando con cada experimento, lectura, problema resuelto o palabras de motivación intencionalmente dirigidas hacia los discentes. Por esto es que las universidades tienen el reto de reclutar en sus cátedras de educación a los mejores futuros educadores en ciencias, y los centros educativos tienen la responsabilidad de contratar a los docentes con el perfil pertinente para explotar los talentos que corretean en los patios de las escuelas.

Entonces, aunando los sueños, talentos y creatividad de los niños, la motivación, carisma y metodología de las escuelas, junto con las políticas, estrategias y financiamiento de los gobiernos del país, estamos asegurando el acceso a un país desarrollado en el campo tecnológico y científico, capaz de responder a las demandas mundiales en todas las áreas.

Estamos envueltos en un mar de oportunidades. En Costa Rica, somos desarrolladores de programación y equipos de última tecnología, estamos iniciando nuestra incursión en la tecnología espacial, somos vistos como un ejemplo en Latinoamérica en el aspecto educativo y en la salud.

Sabemos que hemos avanzado, pero aún estamos en medio camino, como lo demuestran las pruebas PISA. La solución está en nuestras aulas, con la actitud de cada día y de cada educador.

El cambio en la educación, depende de cada docente.

 

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