Cielo Porras
Actualidad Educativa
La pandemia deja muchas lecciones para la enseñanza, evidenciando la necesidad de una educación flexible, que sea capaz de cambiar de un momento a otro, entre presencial y virtual
El mundo cambio y de golpe ¡La educación no es la excepción! La pandemia por coronavirus nos tomó por sorpresa y la manera de hacer las cosas debió adaptarse.
Escuelas y profesores de pronto se vieron frente a la tecnología como aliada para dar continuidad al aprendizaje. La clase presencial debió ajustarse a la enseñanza en línea. Sin embargo, es importante que los profesores sean conscientes de no tratar de dar replica a la clase presencial en la clase virtual, ya que su locación, contexto y dinámica deben ser planteadas de formas muy diferentes.
A continuación se analizan algunas variables que si se toman en cuenta y se adaptan a las características de cada grupo, pueden ser de gran ayuda para dar pasos efectivos en educación en línea.
Acceso a internet: Internet es indispensable para la conexión con la escuela en línea. Muchos estudiantes no tienen acceso a internet, lo que les ha imposibilitado el aprendizaje durante la pandemia e incrementa la brecha digital. Por lo tanto es importante redoblar esfuerzos y universalizar el acceso a internet para el aprendizaje.
Actividades sincrónicas: Las clases sincrónicas o en vivo deben ser muy dinámicas, ya que los tiempos de atención de los estudiantes son variables. Entonces, para algunos recibir largas lecciones magistrales puede ser agotador. Una forma de dinamizar estas actividades sincrónicas es introduciendo actividades interactivas como juegos de aplicaciones “on line” que permitan aprendizaje mediante la diversión.
Actividades asincrónicas: Estas actividades son las que deja o envía el profesor para que el estudiante resuelva por sí mismo en su tiempo y espacio. Se deben escoger muy bien para lograr sin saturar el auto aprendizaje, la autonomía y el desarrollo de habilidades del estudiante. Se puede realizar una combinación de clase sincrónica y asincrónica en la misma lección.
Duración de la clase: Es importante recordar, que el tiempo de duración no es una receta, y depende de la edad de los estudiantes, sus tiempos de atención y del apoyo de las familias. Según, Delgado, P (2020), refiriéndose a los resultados de una encuesta de la escuela Yew Wah en China, recomienda lecciones escolares de tan solo 10 minutos en vivo y luego 20 minutos con actividades asincrónicas.
Pausas activas: Entre lecciones los estudiantes pueden realizar pausas activas. Esto les permite entre otros estirarse, aumentar la concentración y mejorar su motivación al retomar el aprendizaje. Cabe recalcar, que es importante recordar que las pausas activas deben ser cortas, es solo un descanso para continuar.
Apoyo socioemocional: El contexto de pandemia y el distanciamiento social crea ahora más que nunca la necesidad de ocuparnos de la educación emocional de los estudiantes. Paralelo a lo académico se debe promover la socialización a distancia. Como idea se pueden crear espacios de conferencia en vivo destinados a que los estudiantes interactúen de manera recreativa.
Involucrar a la familia: Las familias se convierten en el brazo de la escuela a la distancia, por lo tanto ahora más que nunca la comunicación debe darse de manera efectiva. Es muy importante tomarles en cuenta valorando el proceso. Como ideas, se pueden realizar reuniones y encuestas de opinión periódicas.
La pandemia deja muchas lecciones para la enseñanza, evidenciando la necesidad de una educación flexible, que sea capaz de cambiar de un momento a otro, entre presencial y virtual, dándonos cuenta que lo más importante es reconocer que todos necesitamos de los demás y que el mundo es uno solo ¡todos estamos conectados!
Porras, C (2017). La mediación pedagógica en ambientes de aprendizaje apoyados por las tecnologías de información y comunicación (TIC) en la educación general básica. UNED
Delgado, P (2020). Lecciones del Covid 19 en el sector educativo. Observatorio.tec.mx