La educación privada en Costa Rica se extiende.

Hace muchos años que la educación privada dejó de ser una
alternativa exclusiva para las familias de mayores ingresos y si
bien, no para todos es sencillo, cada día más padres y madres
apuestan por matricular a sus hijos en un centro de este tipo.
“Yo siempre quise que mi hija estuviera en una escuela
privada y la verdad, es que no me arrepiento. Estamos muy
contentos de la educación que recibe y del cuidado y atención
que le presta el personal docente y administrativo”, explicó
Laura Rojas, madre de familia, quien explicó que tiene a su
hija en un centro educativo privado desde hace 4 años.
En el país, un 19% de los estudiantes asisten a centros
particulares, como promedio, pero hay grandes diferencias
por nivel, según detalla el estudio, “El gasto de los hogares en
servicios educativos en Costa Rica durante el 2013”, que
realizó el investigador Juan Diego Trejos, para el Programa
Estado de la Educación.
Este estudio revela que las familia que integran el quinto
quintil de ingresos, es decir, los que tienen entradas por
¢2.559.335 mensuales son los que más apuestan por una
educación privada para sus hijos, pero las del cuarto
(¢1.108.593 ) y los del tercer quintil (¢724.950) también han
aumentado la matrícula en este tipo de centros de enseñanza.
“Una sabe que los papás muchas veces se sacrifican por
mantener a sus hijos en una escuela privada, pero una vez que
prueban el sistema, no quieren que sus hijos estudien en otro
tipo de centro educativo. No digo de que sea uno mejor que el
otro, pero definitivamente lo prefieren”, externó Cristina Mora,
educadora de preescolar de una escuela privada.
Para el exministro de Educación Leonardo Garnier, el uso de
la educación privada ha variado. Antes los factores dominantes eran el factor propiamente educativo y el factor
de estatus. Es decir, que las familias pagan por una formación
que perciben mejor y porque quieren que sus hijos estén con
gente “como ellos”. Ahora, el factor “elitista” ha pasado de
lado en muchas escuelas y colegios (no en todas, por
supuesto) y ahora predomina el deseo de que los hijos reciban
una educación de mayor calidad.
Laura Rojas, comentó que, para ella y su esposo, factores
como: la seguridad, la atención tanto a los estudiantes como
a los padres, así como la formación religiosa y en valores fue
determinante para escoger la escuela para su hija.
Jeremy Vargas, estudiante de tercer año de colegio privado,
mencionó como aspectos importantes en la educación
privada, el uso de tecnologías y la enseñanza de un segundo
idioma.
La discusión de si la educación privada es mejor que la
pública o viceversa no vale la pena, pero sí es de notar que
cada día más familias de ingreso medio buscan la educación
privada para la formación de sus hijos.


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