PhD. María Ester Flores Sandoval
“Aprovechando esta energía mágica de la comunicación para seguir en la danza de la vida, podemos encontrar formas simples de motivarnos para seguir adelante, pese a todos los cambios y retos a los que nos estamos enfrentando” María Ester Flores
Este año 2020 nos ha llevado a un nuevo orden social. La experiencia de la Pandemia por Covid-19 representa una constante amenaza de muerte hacia sí, o hacia nuestros seres querido. De ahí la importancia de seguir los lineamientos de las autoridades de salud para evitar lo peor.
La crisis mundial por Pandemia, ha sacado lo mejor y lo peor del ser humano. Por un lado, aflora la violencia social expresada de diversas formas. Entre ellas el amarillismo en la prensa o redes sociales. Indiferencia en acatar normas, distanciamiento, y protocolos de seguridad aun cuando se presentan síntomas, trayendo consigo más contagios y estrés en la población que procura hacer bien las cosas.
En algunos países se ha visto un cruel abandono por ayudar a los enfermos contagiados de este virus, argumentando que no es real la gravedad. Tampoco asumen la responsabilidad de dar respetuosa sepultura a los muertos, dejándolos tirados en las calles, porque sus familias no pueden asumirlo económicamente.
Y últimamente los trabajadores de la salud de muchos países ya están siendo afectados por la discriminación y humillaciones, creen son una amenaza al lugar donde habitan o transitan. Hay una falta de valor en su noble y labor. Sin ellos no saldríamos adelante.
La otra cara de la crisis ha sido la solidaridad, compasión y bondad, que ha surgido en quienes se conmueven del dolor ajeno. Ayudan, escuchan, regalan comida y ropa a quienes lo están necesitando. Se han creado lindas campañas de apoyo y compromiso.
Para las familias que han tenido que adaptase al confinamiento, ahora cuentan con tiempo, pueden disfrutar de compartir más de las actividades de cada uno, especialmente con los niños, así como con los adultos mayores. Población por cierto muy abandonada.
Se ha aquietado el planeta. La contaminación mundial disminuyó. Los mares respiran mejor. Los animales son más libres. El silencio y la espiritualidad ahora son temas de los que se habla con más facilidad que en otras épocas. La vida se volvió más introspectiva y valoramos menos lo material, dándole paso a lo esencial de las relaciones y el amor familiar.
Poco a poco, y un día a la vez, nos vamos adaptando. Como especie humana contamos con todas las capacidades para acomodarnos a nuevas formas de vivir. Nos comunicamos e intercambiamos información todos los días. Es decir, socializamos. Es nuestra manera de pertenecer a la pareja, familia y con los demás.
La comunicación esencialmente conlleva un emisor, canal y receptor. Cada persona decodifica lo transmitido según su condición, historia, idioma y cultura. Pero nunca dejamos de comunicarnos. Hasta los silencios hablan.
Lo que ha venido cambiando con el tiempo es el canal por el cual comunicamos. Si lo vemos desde la prehistoria se sabe que había comunicación desde señales de humo, ruidos, cantos, sonidos, luces, idiomas, dialectos, hasta la era cibernética actual.
Ya llevamos algunas décadas de estar inmersos en esta era del Internet. Cada día es más simple y a la vez sofisticada. Representa un instrumento valioso de trabajo, como educativo, y al día de hoy gracias a este medio podemos mantener vivas las relaciones humana.
La socialización en línea ha tocado todos los ámbitos. Búsqueda de pareja. Juegos individuales o interactivos. Opciones laborales. Estudios básicos, maestrías y post grados. Idiomas, áreas técnicas. Existen miles de tutoriales que enseñan al gusto y preferencia. En el momento que se desea.
Así ha venido funcionando el mundo. La inmediatez y las comunicaciones en línea. Todos conformes y agradecidos por ello. La gente se ha sentido libre de elegir qué hacer y cómo hacerlo en su mundo cibernético. O simplemente no utilizarlo si le es poco amigable, y nadie se molestaría por ello.
Sin embargo, el Covid 19 de manera abrupta y por supervivencia, obligó a toda la población mundial a moverse sólo dentro de sus hogares. O un limitado acceso a ciertos lugares de trabajo.
Esto ha implicado un impacto inicial. Confusión, miedo e incertidumbre. Dejar las rutinas de trabajo, la escuela, las visitas, y sobre todo el encuentro directo con la gente en la forma conocida de socialización deja a su paso dolor y depresión. Hay una añoranza por volver a ese mundo conocido, sin amenazas de salud y económica.
Se disparó el teletrabajo. Los hijos acinados en el hogar reciben clases virtuales. Las charlas y conferencias se transmiten por zoom. De momento parecía imposible vivir así. Sin embargo, ya le vamos tomando el gusto. Es imposible no comunicar. Al final las ganas de sentir y pertenecer son más fuertes que el dolor y la angustia. De tal manera que siempre nos adaptaremos al medio que no lleve a cumplir este objetivo vital de vincularnos.
Aprovechando esta energía mágica de la comunicación para seguir en la danza de la vida, podemos encontrar formas simples de motivarnos para seguir adelante, pese a todos los cambios y retos a los que nos estamos enfrentando.
Algunas recomendaciones para motivarse son:
ESTAR EN CONTACTO CON LA FAMILIA: El amor hacia los seres queridos es suficiente motivación para aceptar el reto de la tecnología. Buscar ayuda de las personas que dominan este tema, con el fin de abrir el canal de comunicación entre familiares, ya que por razones de distanciamiento entre burbujas no se puede de manera presencial.
Pueden sentir la misma alegría, y gozo al ver por la pantalla a los abuelitos, hijos, nietos que hace mucho no se visitan. Compartir canciones de cumpleaños. Ánimos en los estudios. Ponerse al día con los últimos acontecimientos y decirse lo mucho que se extrañan y se aman.
SI SON JÓVENES, COMINICARSE DE MANERA VIRTUAL CON EL GRUPO DE AMIGOS MÁS CERCANO. De la misma manera que antes se reunían en un parque, sodita, la universidad, el barrio o el bar de preferencia para hablar y vacilar, es recomendable que ese mismo grupo tenga una nueva rutina de encontrarse todos virtualmente. Elegir un día y una hora, de manera que la espera de ese momento sea con mucha emoción. La idea es que se cuenten lo que están haciendo, lo que están leyendo. Hablar un poco de la Pandemia y de cómo lo viven en sus familias. Pero especialmente es bueno que surjan conversaciones innatas de manera natural y espontánea. Esto ayuda a sentir que aun pertenecen a su grupo de iguales, y que el mundo se sigue moviendo allá afuera. Permite visualizar cómo están los demás a través de los relatos.
SI SON NIÑOS, SOCIALIZAR EN LINEA CON SUPERVICIÓN ADULTA: Los niños también se aburren de no poder jugar con sus amigos. Es muy probable que soliciten a sus padres que los lleven donde sus amigos, o primos cercanos. Pero al no poder hacerlo presencialmente, pueden ofrecerle juegos en línea con sus amigos cercanos y bajo supervisión de sus padres y de sus amigos. Con horarios realistas y objetivos. También que puedan tener comunicación en los chats de amigos, y contarse sobre lo que hacen o quieren y de cómo superan el aburrimiento.
MANTENERSE EN LOS CHATS FAMILIARES: Casi todas las familias al día de hoy han creado diferentes grupos de chats, y a pesar de que a veces se presta para pelear y malos entendidos, también ayudan a motivarse durante el día, como es el saludo matutino y la despedida de buenas noches hacen que los lazos familiares se vivan de manera normal. Es decir que en la vida presencial este tipo de conflictos y afectos se presenta y deben resolverse. De esta manera virtual también se puede trabajar. Por eso es bueno que sigan así en contacto todos los días.
COMUNICARSE CON SU MEJOR AMIGO O AMIGA: La experiencia de aislamiento y quedarse en la casa lleva a experimentar muchos momentos de estrés y frustración. Y a veces no se quiere preocupar a nadie de la familia porque ya de por sí están angustiados. De ahí que llamar a la mejor amiga o mejor amigo, es un gran alivio para desahogar de manera segura. Los amigos suelen ser fieles y no juzgan. Y hasta se permiten regaños, entendiendo que es por el bien. El vínculo de un amigo es único y es cotidiano. Si no se pueden abrazar, pueden hablar en línea. Les hará muy bien y ojalá todos los días para aliviar el estrés y la angustia.
SOCIALIZAR CON GENTE NUEVA EN INTERNET QUE COMPARTA ACTIVIDADES EN COMÚN: Esto en especial para las personas que se han visto limitadas de sus deportes y hobbies. Y que antes sólo iban a su actividad en concreto, lo ideal es que ahora puedan crear nuevos grupos de comunicación virtual, con compañeros del mismo gimnasio y así logren compartir rutunas, alimentación, horarios y sugerencias. Lo mismo para quienes recibían clases de cocina, arte, manualidades, caminatas, cooperación comunal y similares. En resumen, lo que socializaban en persona convertirlo ahora en virtual. Crear temas y horarios. La idea es no perder el contacto ni el aprendizaje.
BUSCAR NUEVOS CURSOS EN LINEA: En este momento existen muchos cursos formales e informales de manera gratuita, y otros se pagan. Estos llevan un orden y requiere disciplina para aprender. Entonces para todas aquellas personas con ambiciones intelectuales pueden lograr ahora que hay más tiempo en la casa de apuntarse a estas actividades, y ojalá sean interactivos. Eso permite compartir conocimientos y hacer nuevas amistades con iguale intereses. Incluso al final hasta un título pueden obtener. Pueden guardar la promesa de conocerse en persona una vez que todo vuelva a la normalidad.
CREATIVIDAD EN DÍAS FESTIVOS: Muchas familias han creado formas lindas de celebrar cumpleaños, y otras festividades. Crean videos divertidos, hacen obras de teatro para los homenajeados a través de plataformas donde se incluyen la mayor cantidad de familiares. También inventan canciones, escriben y leen historias. Lo importante es la emoción que viven al preparar las sorpresas. Esto genera unión familiar y mantiene viva la llama del amor.
EL HUMOR ALVIA EL ESTRÉS: Inventar formas divertidas a manera de juego tal como contar chistes, hacer disfraces de papel, crear un espectáculo de magia, bailar, cantar, desfile de modas, y todo lo que implique diversión para compartir con familiares y amigos en línea, es la mejor medicina contra el estrés. Nos recuerda que estamos vivos y que aun hay esperanza. Que la risa y el amor aun está ahí. Reír es vIda.
PhD. María Ester Flores Sandoval
Psicóloga
Máster en Terapia Familiar y Pareja.
Doctora en Educación
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Doctora María Ester Flores Sandoval Psicóloga Terapias y Consultorias
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