
Licda. Ana Lucrecia Chinchilla.
Psicóloga.
Después de las vacaciones de medio período es tiempo de hacer un recuento. Esta tarea de revisión debe ir acompañada de la guía y supervisión de los padres, dependiendo de la edad de nuestros hijos. Es importante que ellos sean los actores principales para que podamos favorecer la revisión de lo que se puede implementar para terminar el año de la mejor manera.
Uno de los primeros pasos es fomentar la revisión de los objetivos a corto y mediano plazo en relación a lo que se ha cosechado en el primer período del año y cuáles son las expectativas que se tienen para terminar el curso lectivo. En este punto, es importante ser concreto y realista en esta revisión y utilizar términos claros para los involucrados. Por ejemplo, si en matemática por alguna razón (tema con mayor dificultad, falta de práctica, método de estudio inapropiado) hay notas que se pueden mejorar, debemos dejar claro que “mejorar” la nota de matemática, implica presentar todas las tareas, repasar a diario, utilizar un método de estudio más eficaz, entre otros. Así, se tienen claras las acciones a realizar para cumplir el objetivo.
Como parte de la motivación, los hijos deben comprender que llevar las cosas al día, les representa una gran ventaja, en comparación al estudio “del día anterior”. El esfuerzo diario que se realiza en aquella materia que menos les gusta, verá sus frutos en vacaciones y puedan “olvidarse” de ella por un tiempo, sin tener que presentar convocatoria que representa reponer lo que no se hizo de manera distribuida durante el año.

La autoreflexión es un factor fundamental, pues debe haber conciencia del esfuerzo que se ha hecho en la cantidad exacta. De manera que se pueda corregir la acción concreta (dejar todo para el final, entregar cosas atrasadas, estudiar en ambientes no apropiados, etc.).
Los padres deben tener siempre presente que, en el desarrollo de cada uno de los hijos, es importante no compararlos con hermanos, primos o compañeros; y por el contrario, promover que cada uno de ellos dé lo mejor de sí mismos, sin entrar en competencias nada saludables para la autoestima en formación.
Es por eso que se ajustan los objetivos y metas a cada uno: lo que para Juan podría ser sacar el 100, el mejor esfuerzo para Felipe es llegar al 75 y reponer la nota del período anterior. En ambos casos, lo primordial es que se esté dando lo mejor, no para “que me den un premio”, sino para internalizar la innegable relación del costo-beneficio con sus acciones.
Otro tema importante es el de los “premios”, sobre todo en relación a los bienes materiales. Desde pequeños se les debe enseñar que el estudio es para ellos y por su bien. Es su responsabilidad cumplir con esas obligaciones, así como las que tengan en el hogar, de acuerdo a la edad y etapa de desarrollo de cada uno.
Son importantes las palabras de aliento, los gestos de cariño y en algunas ocasiones (las menos) se les puede dar algo que querían por el esfuerzo realizado y ganado por su compromiso. Todo esto debe darse a corto plazo y evitar el castigo como manera de “corregir” un mal resultado. Debe aplicarse la consecuencia (positiva o negativa) de acuerdo a la acción.
En el caso de que exista dificultad con alguna materia, es recomendable revisar cómo se está repasando lo visto, los hábitos de estudio utilizados y la manera en que se están cumpliendo las obligaciones referentes a esta materia. Otro elemento a revisar es la dinámica con el docente, podría ser de gran ayuda el intercambio de ideas de forma individual alumno-profesor, en relación a lo que pasa. En una conversación respetuosa, se facilita la motivación hacia la materia. Cuando docente, alumno y hogar, están cumpliendo cada uno con sus obligaciones y trabajan en conjunto, el proceso enseñanza-aprendizaje es realmente enriquecedor para todos.
Una vez que en el hogar se han tomado las medidas necesarias, se puede considerar si se requiere una reunión con alguna autoridad del centro educativo, para en conjunto adoptar otras medidas que favorezcan la asimilación de conocimientos y bienestar en general del estudiante.
Con una sana reflexión de las metas que se tienen (pasar a segundo grado, aprobar el año, subir mi promedio de presentación, optar por una beca al extranjero), las estrategias que se han implementado para lograrlo, y los ajustes necesarios a realizar, definitivamente el final del 2015 e inicios del 2016 serán un éxito.