Dra. Ana Elena Vargas Casafont, Nutricionista
CPN 1134-12
Clínica de Nutrición Von Saalfeld
Hoy en día, los índices de sobrepeso y obesidad continúan en crecimiento. Cada vez son más los jóvenes que, desde tempranas edades, cargan con un exceso de peso y por ende, mayores probabilidades de padecer enfermedades.
La sociedad, se ha encargado de crear la combinación perfecta para la obesidad infantil, a través de los medios de comunicación, la publicidad y la inactividad. En otras palabras, los niños y adolescentes están expuestos a demasiada televisión, anuncios de comida y la falta de ejercicio.
De hecho, la Academia Americana de Pediatría, advierte que la exposición excesiva de los medios plantea una variedad de amenazas a la salud de los niños y hace un llamado a los padres y cuidadores a tomar las medidas necesarias.
En dos estudios publicados en la revista Pediatrics se destaca el efecto negativo de los medios en el sueño y los hábitos alimentarios de los niños.
El primer estudio mostró que, con sólo mirar anuncios de televisión sobre comida rápida y cereales azucarados, se aumentaba el deseo de los niños a comer alimentos grasosos y ricos en carbohidratos en general, sin importar una marca o cadena alimenticia específica.
Además, el estudio también mostró que, las preferencias alimentarias de los niños que veían más televisión, se vieron más afectadas por los anuncios de comida que aquellos que veían menos televisión.
En general, los niños reconocen correctamente más anuncios de comida que anuncios
de juguetes.
En el segundo estudio, los investigadores analizaron el efecto del tiempo y contenido de la exposición mediática sobre el sueño de los niños en edad preescolar.
Los resultados mostraron que los niños expuestos a contenidos violentos durante el día en la televisión, los videojuegos, o la computadora, eran más propensos a tener problemas de sueño, como pesadillas, despertarse durante la noche, y padecer de somnolencia diurna.
Además, el uso de cualquier tipo de medios por la noche, y el tener una televisión en el dormitorio, se asociaron con un mayor riesgo de problemas de sueño.
Sumado a todo lo anterior, se encuentra la vida rápida y agitada que llevan las personas hoy en día. Los padres de familia, salen a trabajar, y no tienen tiempo para comprar y preparar los alimentos en casa. Y la solución a este problema, es el consumo de alimentos rápidos para toda la familia. Es de esta manera, como los niños se acostumbran a comer estos alimentos desde pequeños y cuando se quiere introducir alguna comida saludable, la rechazan con mucha facilidad.
¿Cómo podemos actuar entonces? Los padres de familia y cuidadores, pueden tomar medidas en la casa, para ayudar en la prevención de la obesidad infantil. Para ello, deben seguir las siguientes recomendaciones:
- Limitar el tiempo total de televisión, computadoras, ipads, a no más de dos horas por día y evitar poner aparatos de televisión y conexión a Internet en las habitaciones infantiles.
- Trabajar con grupos de la comunidad y las escuelas para implementar programas de educación sobre los medios masivos en las aulas, centros de cuidado infantil y centros comunitarios.
- Crear consciencia de que los niños expuestos a largas horas de televisión,computadora, etc., tienen más estrés, lo que aumenta el riesgo de obesidad y diabetes, trastornos del estado de ánimo, y asma.
- Predicar con el ejemplo desde la casa, implementando estilos de vida saludables que incluyan una adecuada alimentación y actividad física diaria.
- Exponer a los niños desde pequeños, a alimentos saludables y variados, preferiblemente en la casa.
- Crear una división de responsabilidades en la alimentación. Los padres se encargan de qué alimento ofrecen, a dónde y a qué hora. Los niños se responsabilizan de comer o no de lo que se les ofrece y en cuanta cantidad.
- Ofrecer ocasionalmente alimentos altos en calorías, sin hacer ningún comentario al respecto.
- Evitar poner etiquetas a los alimentos o restringir. No premiar a los niños con comida.
- Mantener una estructura constante en los tiempos de comida y respetarla.
- Realizar al menos 1 comida al día en familia, sentados a la mesa y sin distracciones.
- Aprender sobre las porciones adecuadas acordes a la edad del niño.