- «Los deberes son buenos. Todo lo que sea repasar un concepto es bueno».
- «Lo último que debe hacer una familia es que su hijo pierda el respeto al profesor»,
Extracto de entrevista realizada a David Calle, finalista del Global Teacher Prize, invitado por el sindicato ANPE para dar una conferencia en el marco de la jornada sobre El futuro de la profesión docente, organizada junto con la Universidad Europea de Valencia.
¿Qué problema ve al sistema educativo tradicional?
No es que el sistema tradicional no funcione, pues de hecho tiene cosas que han funcionado muy bien y nos ha llevado a todos nosotros donde estamos. Lo que creo es que no se ha adaptado a la sociedad en la que viven nuestros alumnos, que no tienen nada que ver con nosotros. Es un grave problema si no conseguimos adaptar el sistema tradicional no ya a las nuevas tecnologías, sino a nuestros propios alumnos.
¿Cuál sería su receta para acometer esa adaptación?
Cada aula es un mundo, cada profesor con sus 40 alumnos sabe lo que puede o no puede hacer. Pero tratar de adaptar cualquier cosa con lo que tienen los chavales a su alrededor, para que se conecten a las clases y tengan ganas de aprender. No hacen falta tampoco grandes tecnologías: un barreño de agua y un trozo de madera también sirven para explicar el principio de Arquímedes.
¿Qué tiene la enseñanza presencial que no suplirá nunca la virtual?
La disciplina que es capaz de generar en el alumnado, y que es algo que los cambios probablemente no consigan. Lo que tenemos que hacer es simplemente es tratar de darle una vuelta a la forma en la que damos clase. Lo que estamos haciendo ahora no funciona. Hay que tratar de introducir cualquier tipo de dinámica diferente en clase para cambiar el ritmo habitual.
Hay profesores que critican la locura en la que vive inmersa la escuela por subirse al carro de la innovación. ¿Qué opina?
No podemos hacer experimentos con nuestros alumnos porque tenemos una gran responsabilidad, pero sí podemos ir introduciendo poco a poco determinadas dinámicas que hagan que los chavales quieran aprender. Es bueno intentar cosas. No me gustan los profesores instalados en la zona de confort, porque es mucho más cómodo explicar la misma ecuación de siempre, soltar la misma lección de siempre, marcharse a casa y olvidarse, porque la mitad de la clase seguirá sin prestar atención. Hay que hacerlo con cuidado, meticulosamente, pero innovar es bueno. Me quedo con la frase que dice que ‘si haces lo que siempre has hecho, nunca llegarás más lejos de donde ya has llegado’.
¿Hasta qué punto encorseta la burocracia a un docente?
Se ha perdido el norte. Los profesores pasan más tiempo haciendo trabajo burocrático que preparando sus clases.
¿Cómo ve el actual enfrentamiento entre familias y centros, en cuestiones como por ejemplo la huelga de deberes?
Los deberes son buenos. Todo lo que sea repasar un concepto y afianzarlo en tu casa es bueno. No pueden ser deberes que ocupen seis horas de la tarde del niño, y hay que cambiar la dinámica para que sean más creativos, que no se conviertan en un castigo sino en algo innovador. Sin embargo, lo de hacer huelga de deberes no tiene sentido. Estás inculcando a los chavales algo que no es sano. Si tus padres están defendiendo la idea de que no vas a hacer deberes, están quitando el respeto que deberían tener los alumnos por sus profesores. Y lo último que debe hacer una familia es que su hijo pierda el respeto al profesor. Es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la educación.