Alfonso Barrantes
Oficina Nacional Forestal
Observe a su alrededor y cuente, ¿cuántos son los objetos de madera que hay a su alrededor? La silla, la mesa, la puerta, el piso, quizás, una artesanía. ¿Cuántas veces ha hecho esa apreciación? Espero que al realizarla no se alarme y más bien valore. Detrás de cada artículo de madera que usted tiene, hay todo un proceso natural e industrial, que va más allá de plantar o –como se le mal conoce– talar un árbol.
Para comenzar a apreciar cada artículo de madera, debe de comprender, en primera instancia, que ese objeto puede provenir de un proceso de cultivo de árboles o de un bosque manejado sosteniblemente.
En el primer caso, se trata de un cultivo similar al de café, de arroz, de caña de azúcar o de plátano. En este caso, se siembran los árboles, se cuidan y, una vez maduros, se cosechan. Aunque para cosechar su madera, es necesario cortar los árboles. Básicamente, es un ciclo cuyo objetivo es cosechar y volver a plantar, de manera que sea sostenible.
Por su parte, los bosques naturales se encuentran en constante renovación. Los árboles viejos mueren y se pudren. Esto permite la entrada de la luz solar, que a su vez, posibilita la germinación de las semillas depositadas en el suelo y el crecimiento de nuevos árboles. Este proceso garantiza la sostenibilidad de los bosques, ya que se da repetidamente.
A través del manejo forestal sostenible (MFS), el hombre imita este proceso natural del bosque. En vez de permitir que los árboles mueran, su madera se pudra y emita el dióxido de carbono (CO2) capturado de la atmósfera por años, su madera es usada para hacer viviendas, muebles, puertas y artesanías. En estos productos, se mantiene almacenado el carbono y con esto se evita que se genere CO2.
Los bosques, los árboles y la madera contribuyen a reducir el calentamiento del planeta. En el proceso de la fotosíntesis, se estima que un árbol, dependiendo de su tipo, tamaño y densidad de la madera, llega a absorber entre 1 y 4 toneladas de CO2, liberar entre 1 y 3 toneladas de oxígeno (O2). ¡Haga la matemática!
En el manejo forestal sostenible solo se cosechan de 4 a 6 árboles por hectárea (ha.) –más o menos, el tamaño de una cancha de fútbol– cada 15 o 20 años. En cada hectárea de bosque crecen hasta 500 árboles. Es un ciclo productivo que permite cosechar algunos árboles viejos, mientras el bosque se regenera (repone) constantemente.
Por ello, la importancia de la Oficina Nacional Forestal (ONF), la cual, a través de unas 25 organizaciones de productores, se dedica a promover el cultivo de árboles, el manejo forestal sostenible, la regeneración natural (permitir que existan nuevos bosques) y a la conservación de los bosques del país, por medio del programa del Pago por Servicios Ambientales (PSA).
Desde 1997, el PSA es un reconocimiento financiero por parte del Estado a los propietarios de bosque y plantaciones forestales, por los servicios ambientales que estos proveen, que inciden en la protección y mejoramiento del medio ambiente. Su principal fuente de financiamiento, es a través del 3,5 % del impuesto único a los combustibles. Ese porcentaje corresponde a un monto cercano a los siente colones (₡7) por litro de combustible. Costa Rica es reconocida como el único país que ha logrado que los ciudadanos compensen el daño causado por sus emisiones.
Actualmente, este codiciado programa ha beneficiado a 13 mil productores forestales. Gracias a la labor que ellos desempeñan han protegido 873,126 hectáreas de bosques y han sembrado más de 50 millones de árboles en reforestación y sistemas agroforestales. Con estas cifras, han revertido la deforestación y han incrementado la cobertura boscosa en un 52.4 %.
A nivel social, el sector forestal brinda empleo a más de 14,000 personas que trabajan desde una organización reforestadora hasta un punto de venta de productos de madera. Este sector aporta a la economía del país, más de 240 millones de dólares.
De esta manera, le invitamos a seguir comprando productos de madera.